El fantástico señor zorro (Fantastic Mr. Fox. Estados Unidos – Inglaterra, 2009) es una increíble película de animación fotograma a fotograma dirigida por el galardonado director de cine, guionista, productor y actor estadounidense Wes Anderson.

Como en muchas otras películas los protagonistas son animales, lo que me ha hecho citar esta particular obra es que de ella recuerdo que dichos animales en un punto de la historia se ubicaron en un lugar de la civilización humana en el que hay luz artificial, lámparas creadas por el hombre, y sin que esto altere demasiado la situación, hace que los personajes se refieran a esta iluminación como una luz que parpadea súper rápido.

Evidentemente ese comentario no es fortuito, se basa en la investigación. Otros seres perciben la luz artificial de manera diferente de quienes han creado los diversos artefactos lumínicos. En la realidad, tristemente esto ha afectado a la vida silvestre y en mayor medida conforme nos encontramos en un planeta cada vez más lleno de luces, baste recordar los comentarios de que ya casi nadie puede ver las estrellas en las noches en especial en los centros urbanos.

Las investigaciones científicas muestran el impacto de tanta luz en los seres vivos, por mencionar sólo unos ejemplos los pájaros siguen activos o cantando fuera de su horario natural (lo que les genera agotamiento, estrés y alteraciones en su ciclo de reproducción), las hojas de los árboles no caen cuando deberían, o como se ha visto en Australia, las tortugas marinas al salir del huevo se van tierra adentro siguiendo las luces urbanas, engañado su instinto que busca la dirección de la luna llena.

Otros estudios informan que esto también impacta a las hormonas, destaca la supresión de la melatonina, producida por la mayoría de los seres vivos y que se encarga de regular el ciclo diario del sueño.

Hay riesgos a nivel ecológico y también de salud. Los seres humanos no estamos exentos. El que vivamos en un mundo en el que las noches pueden ya no ser oscuras no es algo a lo que debamos acostumbrarnos. Esto no es un capricho, como puede verse tiene razones biológicas y la salud se ve afectada. Para dormir bien es necesario disminuir lo más posible las fuentes lumínicas cuando se disponga incluso no sólo a dormir, sino a reposar, el organismo está programado para que así se proceda. Una alternativa la encontrará en esta recomendación y aprovechamos para invitarlo a que pongamos nuestro granito de arena para proteger a los animales, a nosotros mismos y a la salud del planeta.