Entre muchas de sus virtudes, México posee una gran riqueza de personajes ilustres. Las ceremonias de los lunes en las escuelas primarias y secundarias no nos dejarán mentir acerca de que en cada mes podemos conmemorar a un personaje histórico e icónico junto con su principal obra o legado. Algunas de estas fechas acaparan el mes como el día de la Constitución de Venustiano Carranza el 5 de febrero o el natalicio de Benito Juárez en marzo; algunas otras son un tanto o mucho opacadas por otra celebración, como la muerte de Vicente Guerrero, eclipsada por la celebración del día del amor y la amistad.

La alcaldía Benito Juárez lleva así el nombre de un personaje muy reconocido, sin embargo, también fue escenario de la vida de un destacado aportador a la nación, se trata de Don Valentín Gómez Farías (1781-1858), destacado literato y escritor, que al menos escuchamos de él cuando se nos enseña de las guerras de reforma, Don Valentín fue el más importante artífice de la primera de estas guerras en 1833. Vivió en el barrio de San Juan Mixcoac en una casa que data del siglo XVII y que todavía existe.

También en una casa de este barrio fue escrita una obra importante de la literatura mexicana “El periquillo sarniento” que tiene como autor a otro histórico: José Joaquín Fernández de Lizardi (1776-1827), quien se alineó al bando liberal en el largo conflicto entre éstos y los conservadores. Fernández de Lizardi adoptó el seudónimo “El pensador mexicano”, en su obra atacó la estructura política, social y religiosa de la época colonial y ante la supresión de la libertad de prensa usó como canal de sus críticas al género novela, en el que destaca la obra ya mencionada, que al igual que otros escritos costumbristas retrató personajes y elementos de la sociedad de Mixcoac en la hoy alcaldía Benito Juárez.